1/15/2011

CONOCIENDO EL LUGAR SAGRADO 1ra. Parte

Josué 6: 17-19
Dios hablo a Josué diciéndole que
la ciudad será anatema, ella con todas las cosas que están en ella,
Empero guardaos vosotros del anatema, que ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, porque no hagáis anatema el campo de Israel, y lo turbéis.
Anatema significa: principalmente maldición, inmundicias, así que si no estás recibiendo bendición, simplemente saca toda la mundanidad de tu casa de tu vida. Josué no podía comprender como es que una pequeña ciudad con una manada de habitantes había derrotado a un ejército que venía de derribar las murallas de Jericó y de aplastar esa ciudad con tanta capacidad, pero Dios tenía una respuesta que darle a su siervo. Las respuestas a nuestros fracasos no están en la sabiduría humana, sino en la presencia de Dios. Si deseamos hogares santo y que la presencia de Dios este en ellos, debemos de comenzar por Arrepentirnos de haber pecado y reconocer nuestras faltas. Sacar a luz el anatema y expulsarlo de nuestras vidas. Así como hizo Josué con Acan (leer Josué 7: 22-25). Comenzar un nuevo período de actitudes que demuestren nuestro Arrepentimiento. Emprender a ver hacia donde está la voluntad de Dios y obedecer. Aunque Dios había sido quien había hundido las murallas y les había dado la victoria, el pueblo de Israel manifestó Autosuficiencia, y luego de haber ido a reconocer Hai, le dijeron a Josué que no cansara a todo el pueblo, que solo enviara unos tres mil hombres (Josué 7:2-5), pero Dios les mostró que no era con espada ni con ejército, sino con su Espíritu, actuando en obediencia y sacando el anatema.
Unas de las razones que detiene al pueblo de Dios de recibir bendiciones es la existencia de anatemas en medio nuestro. Tenemos que sacar eso que está contaminando, pues aún hay muchos Acán, y los dejamos habitar con nosotros, personas codiciosas, limpia tú casa y tú entorno,..Hagamos como Josué, cuando no veamos crecimiento, oremos con vivacidad y pidámosle a Dios que nos revele, en donde le estamos fallando Donde está el anatema.
Derrotemos al enemigo con sus propias armas, sacando sus inmundicias a la luz, no dejes que el anatema robe la bendición en tu vida, en tu congregación y en el pueblo de Dios. En la obediencia se verán los frutos. Tendremos victoria, y andaremos completamente en santidad. No olvides que Sin Santidad, NADIE verá al Señor! Dios les bendiga!

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