1/23/2011

DERRIBANDO FORTALEZAS 2da.PARTE


Derribar del hebreo Natats = derribar, perecer, quebrar, romper: Muros, paredes, barreras, fortalezas, altivez que se levanta contra el conocimiento de Cristo. El creyente debe ponerse en pie de guerra, desatando toda atadura de Satanás y poniendo de presente, que la autoridad que el amado Hijo nos dio, es para ejercerla (Mateo 10:1), derribando fortalezas que el adversario pone a nuestro alrededor.  Los demonios utilizan vehículos humanos y circunstancias para obrar (Marcos 5:2-5) pero Jesucristo nos dio autoridad sobre los demonios (Lucas 10:17-20)
El enemigo tiene tomadas ciudades, pueblos y naciones, y levanta muros y cierra puertas para que la luz del evangelio de nuestro Señor Jesucristo no llegue a ese lugar. Esto sucede a causa del pecado de los pueblos, les damos derechos al enemigo para tomar los pueblos con sus habitantes y meterlos bajo la esclavitud del pecado. El tiempo es corto... la venida del Señor Jesucristo está más cerca hoy que nunca. Las fortalezas, pueden afectar a las personas en lo individual y también en forma colectiva (familias, congregaciones, ciudades, naciones, etc.) El camino para obtener la victoria y que estas fortalezas sean derribadas, es la humillación, la obediencia, la confesión, el determinar apartarse y el levantar oración intercesora y así, contemplar la obra poderosa de liberación operada por el Señor.
para derribar las fortalezas del enemigo, nuestra oración debe ser pidiéndole al Señor la salvación de las naciones hasta los confines de la tierra para que se establezca su reino, y toda la tierra se llene de su gloria. Hay muchas fortalezas y pensamientos negativos como nunca voy a progresar, no voy a tener un mejor trabajo, yo no puedo servir a Dios como lo hacen otros, mi matrimonio no funciona, mis hijos no tienen remedio, etc. ¿Has detectado alguna posible fortaleza en tu vida? La llave que abre la puerta a Jesús es el arrepentimiento, pide perdón a Dios y el te ayudará a recuperar el terreno que se ha perdido y a derribar esa fortaleza. Llena tu mente con la palabra de Dios, Y cuando lleguen esos ataques del enemigos, Tú los quebrantarás con vara de hierro. Los desmenuzarás como el vaso de alfarero. Salmos 2:9


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