“Abandonen toda amargura,… y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” Efesios 4:31,32
Una de las condiciones del corazón más peligrosa que podemos tener es la falta de perdón. Si no perdonamos, no seremos perdonados… y nuestra fe no obrará.
El corazón tiene una profundidad tal que según la biblia nadie puede saber lo que hay dentro del sino Dios.
Tener un corazón amargado y lleno de rencor es una actitud mortal para la vida… en Prov. 15:13 leemos que Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate. Este dolor es un obstáculo para tu crecimiento espiritual, el pecado del odio y el rencor es una muralla para la voz de Dios.
Para liberarte de estas actitudes tienes que empezar por enfrentar la realidad, confesar tu rencor, tus pecados. No pretendas ayudar a alguien cuando tu mismo estas encarcelado por la amargura y el rencor. Enfocarte y seguir adelante para que puedas disfrutar de las promesas del Señor.
Y los que son conformes a la Voluntad de Dios en su corazón, a estos les da de Su Espíritu Santo…
(Hechos 15:8) “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;”
(Romanos 8:27) "Más el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu, porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos."
El perdonar es algo que haces por ti mismo, no por la persona que te hirió. Cuando perdonas te liberas a ti mismo de poder vivir a plenitud y con salud de cuerpo, mente y espíritu.
El mejor regalo que usted a recibido si es cristiano fue el perdón de Dios y si Dios le ha perdonado, Dios espera que usted perdone. Usted nunca tendrás que perdonar a otra persona, más de lo que Dios ya te ha perdonado. Y si aun no es cristiano también puedes recibir el regalo del perdón por medio de Jesucristo para que puedas otorgar el perdón. Recuerda: “Nadie puede dar aquello que no tiene y nadie debe recibir aquello que no quiere”. Usted no puedes permitir que las personas le hieran. Las personas no le pueden dañar si usted no les das el permiso.
Dígale adiós a sus rencores y comience a vivir la vida extraordinaria!
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