2/06/2011

BUSCANDO LA SANTIDAD


La santidad es un mandamiento que debe ser obedecido a diario en la vida de cada cristiano. “Sed santos, porque yo soy santo” (I Pedro 1: 16). La santidad es pureza y perfección absoluta. Solo Dios es santo en Sí mismo. Santo es perfecto, libre de culpa. Dícese de lo que está especialmente separado para Dios. La Biblia nos enseña los elementos esenciales de la verdadera santidad. “No os conforméis a este siglo” (Romanos 12:2). “Absteneos de toda especie de mal” (I Tesalonicenses 5:22). “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene” (I Corintios 9:25). Un cristiano no es un pecador. Hemos nacido de nuevo, y tenemos poder sobre el pecado (Hechos 1:8, Romanos 8:4). Hemos nacido en la familia de Dios y hemos recibido el carácter de Jesucristo (Romanos 8:29). “Los que amáis a Jehová, aborreced el mal” (Salmo 97:10). Absolutamente nada nos puede separar del amor de Dios. Nadie nos puede sacar de la mano del Padre, ni siquiera Satanás mismo (Juan 10:29, I Juan 5:18). Sin embargo, el cristiano mismo puede romper su relación íntima con Dios por medio de su incredulidad y su desobediencia, y puede apartarse de Dios. (Leer Romanos 11:20-22; II Pedro 2:20-22).
Anímate a buscar esa santidad que El Señor Jesús nos pide, es el secreto para que logres lo que tanto anhelas. Debemos seguir viviendo una vida santa a fin de permanecer sin mancha ni arruga (Efesios 5:27). Si conseguimos una arruga o una mancha, debe ser limpiada inmediatamente por la sangre de Jesús mediante nuestro arrepentimiento (I Juan 2:1). El Espíritu Santo nos da la capacidad de vivir una vida separada. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad permitir que el Espíritu Santo reine en nuestras vidas, y que guarde la naturaleza vieja muerta al pecado y al mundo. Si ya tenemos las promesas, es nada mas de alejarnos de toda contaminación y tratar de ser irreprensibles en santidad delante de Dios, como dice la Biblia en 1 Tesalonicenses 3:13.
Para lograr la santidad es necesario:
Confesar; Proverbios 28:13 - Salmos 32: 5 - 1º Juan 1: 9, 10; 5: 10 Arrepentirnos; Hechos 3: 19 Abandonar ; Efesios 4: 22 - Romanos 6: 6 - Gálatas 5: 24
Soy Santo porque Dios es Santo, y lo somos desde el momento en que aceptamos a Jesús. Dios exige santidad en el hombre y esto para que haya una perfecta comunión entre ambos. Dios no habita en un corazón que no esté separado para Él.
Por eso en Proverbios 23:26 dice "dame hijo mío tu corazón porque de él mana la vida." “Sin Santidad Nadie Vera Al Señor” (Hebreos 12:14).
BENDICIONES,

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