
La frescura del abrigo de DIOS significa: Aceptar y aplicar su autoridad sobre tu vida en todos los aspectos de la misma; no en ciertas cosas nada más. Rendir tu voluntad a la voluntad de Dios; esto es, el decidir vivir bajo el control de Dios, en lugar de pretender controlar tu vida.
Dios Promete protección a aquellos que viven para El. El Salmo 91 dice: “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”. Aquí hay una extraordinaria promesa. La persona que decide vivir bajo la cobertura de Cristo, vivirá bajo la bendición de uno que tiene todo el poder. “esperanza mía y castillo mío, mi Dios en quien confiaré… debajo de sus alas estarás seguro.” Dios habló por medio de Isaías y reprendió a los que se apartan para buscar el consejo del mundo (Is. 30:1-3): “¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión.”
Es importante entender que toda persona que se aparta buscando otro consejo que no es el de Dios, y cobijarse con otra cubierta que no es la de su Espíritu, añade pecado a pecado. ¿Por qué? Porque esa mala decisión le llevará a una acción incorrecta, y luego a otra y a otra. Egipto representa al mundo. Aquellos que descienden a Egipto son los que prefieren la aparente seguridad del mundo antes que buscar el consejo y la dirección del Espíritu Santo por medio de la oración y la revelación de su santa Palabra. La Sombra del Todo poderoso es Para aquellos que han hecho de Dios su
ESPERANZA, SU CASTILLO, SU REFUGIO.
Hay una puerta y una llave para entrar y estar bajo esta cobertura. La puerta es Jesucristo, y la llave es la Fe...
Referencias Biblicas: Salmo 91; 1-6 Is. 30:1-3
Les invito a escuchar el desarrollo de este mensaje y dejar que la santa palabra de Dios te hable.
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