A veces pensamos que estar en una situacion dificil es porque estamos en pecado o algo parecido. Dios no se opone a que haya adversidades en nuestra vida. Estas forman parte del plan que Dios tiene para nosotros y su propósito son enseñarnos a crecer y desarrollarnos como hijos de Dios. Sin adversidades no aprenderíamos a ser vencedores, a sobreponernos, a luchar y ganar. En medio de ellas la fe en Dios es fortalecida y somos impulsados a acercarnos más a Dios.
Las adversidades no son en sí realmente un problema. El problema radica en la actitud que tomemos frente a ellas. Si aprendemos a ver las adversidades con los ojos de Dios no nos desesperaremos sino que las enfrentaremos con confianza y seguridad y saldremos vencedores. Las adversidades son una oportunidad para acercarnos a Dios y aprender a confiar en su fidelidad. Como dice Isaías 43.2: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”.
2Co 4:8 Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;
2Co 4:9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.
Las pruebas provienen de Dios y son como los exámenes del maestro al alumno evaluando la confianza en su palabra y en su persona. La misma Biblia nos indica que pasaremos por diversas pruebas como parte de nuestro caminar con Cristo. 1era de Pedro 1:6-7 nos ayuda a entender más sobre las pruebas, explicándonos: Las pruebas son por un poco de tiempo: No durará más allá de lo que Dios sabe que puedes soportar (1ra Corintios 10.13)- Las pruebas son necesarias: La Biblia nos enseña que la prueba produce paciencia y que la paciencia forma nuestro carácter (Santiago 1.3)
Sobrellevar y salir aprobado de las pruebas producen bendiciones. Dar gloria al Señor Jesucristo es una. Otras son la paciencia (Santiago 1.3), el carácter y amor de Jesús (Romanos 5.3-5) y la corona de vida (Santiago 1.12).
• En enfermedades:(1era Pedro 2.24, Jeremías 33.6?)
• Problemas financieros:(Filipenses 4.19, 3era Juan 2)
• Ataques del diablo:(1era Pedro 5.8-9)
• Temor o miedo:(Proverbios 29.25, 1era Juan 4.18)
• Temor de fallarle a Dios:(Judas 24, Isaías 43.2)
• Reconciliación familiar:(Mateo 18.32-35, Malaquías 4.6)
• Temor de no estar en la verdad:(Juan 17.17, Juan 14.6)
• Tentación:(Romanos 8.37, Santiago 1.12-15)
• Indecisión:(Salmo 32.8-9, Romanos 8.14)
En tu camino encontrarás otras muchas adversidades. Pero no tengas miedo, el Señor dijo: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41.10)
Dios nos ha regalado la salvación y una vida nueva, nos lo dio por gracia. Pero esto no elimina nuestra responsabilidad de cuidarla y vivir conforme lo que a Dios le agrada.
Debemos cuidar nuestra salvación con temor y temblor (Filipenses 2:12)
Debemos dejar a un lado las obras de la carne y dejar que el Espíritu brote su fruto en nosotros. Debemos dar testimonio de una vida nueva y vivir según lo que Dios espera de nosotros.
El que es nacido de Dios no practica el pecado (1 Juan 3:9) y vence al mundo (1 Juan 5:4)
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