7/17/2011

Entendiendo el día bueno y el día malo

Para entender los días buenos y los días malos en nuestras vidas debemos de Escoger el gozo en todas las circunstancias. Si tengo una actitud de gozo veré los días malos no como obstáculos sino como desafíos. No serán montañas frente a mí, sino escalones que me permitan avanzar y crecer.

Muchos de nosotros no nos damos cuenta de que el dolor y el gozo van de la mano. Por lo tanto, necesitamos aprender de nuestros días malos. Puedo ver mis días malos del pasado desde el fracaso, o puedo verlos como experiencias que me ayuden a crecer.
El negativismo se derrota con el positivismo, es decir, con un SÍ. La vida cristiana comienza con un SÍ, positivo, a Jesús. Decir SÍ a Jesús y Su palabra es la clave para entrar en lo positivo de la vida. La voluntad perfecta de Dios para nosotros está en vivir día a día y descansar en El acerca de nuestro futuro.

La voluntad perfecta de Dios es que vivamos cada día lleno del Espíritu Santo. En Romanos 12:1-2 leemos que es posible comprobar cuál es la perfecta voluntad de Dios, y luego en Efesios 5:17, revela cual es esta buena, agradable y perfecta voluntad de Dios: "Por tanto, no seáis insensatos sino entendido de cuál sea la voluntad de Dios... SED LLENOS DEL ESPÍRITU, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo a Dios.

Es fácil dar gracias a Dios por un nuevo empleo, pero difícil alabarlo cuando lo perdemos. Ser agradecido a Dios es fácil cuando nuestros hijos son obedientes, pero imposible cuando están fuera de control.
Aún en medio de esos decaimientos, el hijo de Dios tiene una esperanza de gloria, de salvación final y completa. La rebelión del enemigo trajo el negativismo y la maldad a los hombres, pero la obediencia de Jesús nos ha dado una vida abundante para todo nuestro ser. Alabemos a Dios por ello y no nos dejemos atrapar por el destino nefasto de los que aborrecen la luz, y gocémonos en el Señor porque nuestro galardón es grande en los cielos. Por nuestra naturaleza humana, nuestra gratitud crece en los buenos tiempos, y disminuye en los malos. El reto es, aprender a actuar con nuestra naturaleza espiritual en vez de hacerlo con la naturaleza humana.

Dediquemos el tiempo a vivir día a día, teniendo como principal prioridad aplicar los principios del Reino de Dios en las tareas grandes o pequeñas de la vida, dentro y fuera de la iglesia y alabemos a Dios, incluso en los tiempos difíciles.

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