Efesios 6: 10 - 13 "Por lo demás,
hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de
toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas
del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por
tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo, estar firmes".
Muchos de nosotros nos sabemos contra que o quien hacemos guerra, por lo regular las hacemos con nuestro prójimo, pero como lo dice la palabra, nuestra guerra es contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas huestes espirituales de maldad en las regiones celestes…
El gobernante de las tinieblas es Satanás y es contra el que debemos de hacer guerras, tenemos que estar firmes contra él, quien al principio fue un ángel; pero su pecado fue querer ser semejante a Dios (Isaías 14:13). Su ayuda son los ángeles caídos, los demonios. El se opone a la obra de Dios, obstaculizando el crecimiento del evangelio.
El odia la imagen de Dios en nosotros, nos odia por el amor tan grande que Dios nos tiene. Sus armas son el engaño, la inmundicia, la maldad el pecado. Buscando como estrategia el lado débil del hombre. Pero la buena noticia es que satanás es un enemigo derrotado (Juan 12:31) cobarde (Santiago 4:7)… recuerda que tienes que pelear la buena batalla no contra tu prójimo sino contra satanás, no dejándote vencer por él, ya que Dios te ha dado poder y autoridad para derrotarlo…
Actúa hoy, Actúa ya! Las claves para el éxito en la guerra espiritual: son que nos apoyemos en el poder de Dios, no en el nuestro, reprendamos en el Nombre de Jesús, no en el nuestro, protegernos con toda la armadura de Dios; librar nuestras batallas con la espada del Espíritu – La Palabra de Dios.
Por último, debemos recordar que aunque libramos batallas contra satanás y sus demonios, no cada pecado o problema es un demonio que necesita ser reprendido. “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
Muchos de nosotros nos sabemos contra que o quien hacemos guerra, por lo regular las hacemos con nuestro prójimo, pero como lo dice la palabra, nuestra guerra es contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas huestes espirituales de maldad en las regiones celestes…
El gobernante de las tinieblas es Satanás y es contra el que debemos de hacer guerras, tenemos que estar firmes contra él, quien al principio fue un ángel; pero su pecado fue querer ser semejante a Dios (Isaías 14:13). Su ayuda son los ángeles caídos, los demonios. El se opone a la obra de Dios, obstaculizando el crecimiento del evangelio.
El odia la imagen de Dios en nosotros, nos odia por el amor tan grande que Dios nos tiene. Sus armas son el engaño, la inmundicia, la maldad el pecado. Buscando como estrategia el lado débil del hombre. Pero la buena noticia es que satanás es un enemigo derrotado (Juan 12:31) cobarde (Santiago 4:7)… recuerda que tienes que pelear la buena batalla no contra tu prójimo sino contra satanás, no dejándote vencer por él, ya que Dios te ha dado poder y autoridad para derrotarlo…
Actúa hoy, Actúa ya! Las claves para el éxito en la guerra espiritual: son que nos apoyemos en el poder de Dios, no en el nuestro, reprendamos en el Nombre de Jesús, no en el nuestro, protegernos con toda la armadura de Dios; librar nuestras batallas con la espada del Espíritu – La Palabra de Dios.
Por último, debemos recordar que aunque libramos batallas contra satanás y sus demonios, no cada pecado o problema es un demonio que necesita ser reprendido. “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
Bendiciones!!!
Pastor Edgar
Valenzuela
Iglesia de Cristo
Ministerios El Alfarero